lunes, 2 de marzo de 2015

DESARMAR


Cuando me consumo bebiendo 
y la tristeza palpita
en el tic tac de mi muñeca, 
…entonces la leo… 
en el papel que vuela
con el soplar del viento, 
en el humo de mi cigarro
que contamina el aire, 
en la boleta de la compra
de mis zapatos de invierno, 
en la escalera de los templos,
y se escribe
en las estaciones del Metro.
                     
                            


Más  tan terrible no es
si robo esperanza
en la avenida de la muerte.

Porque nací para recibir  flores 
que  robabas en algún jardín 
cuando espiabas a la vecina.
Y desarmo el tiempo 
cuando percibo
la risa de la montaña 
y en su ladera
bailan las hienas, 
pero te aseguro
que debajo del agua
los peces lloran, 
lloran lágrimas 
con alarido de agua.