sábado, 13 de febrero de 2010

Febrero, 14 del año que ya pasó.





Amado mío, no quiero que hoy me saludes.

No quiero rosas, ni chocolates, ni que me hagas el amor.

No quiero que otros te digan lo que debes hacer conmigo, ni la señora de la florería, ni el joven de la chocolatería, ni la gorda que atiende la boutique de ropa interior del mall.

No es nuestro día, es el día que inventaron hombres y mujeres que creyeron que así tendrían amor asegurado.

Prefiero verte entrar a casa con las manos vacías, abrazarme por la espalda, besar mi cuello y preguntar: ¿Estamos solos?

No necesito de chocolates un 14 de febrero para querer morir contigo, sabes que el día que dejes de decirme bonita, yo moriré.

No necesito rosas rojas para abrazarnos eternamente y desearnos como dos adolescente.

No necesito que todo el mundo se entere, que me regalaste una camisa de noche transparente y seductora para lucirla, y deleitar tus ojos, sino tienes ganas de hacer el amor.

No necesito de fechas que manipulen nuestra intimidad, porque ella es nuestra y de a dos.

No necesito que me digas HOY que me amas solo te pido que lo hagas los otros 364 días del año.

Hoy solo toma mi mano y con una mirada dime que seguiremos caminando por el futuro.

Hoy solo espero de sorpresa tu llamada en la mañana, ya que alegrará mi día.

Te amo más allá del tiempo de estar y permanecer en esta hermosa historia.

Tu amada siempre.