miércoles, 30 de abril de 2014

BOTERO 4599

Me gustan los hombres de mar, que de madrugada levantan su cansado cuerpo para desafiar al océano en la mitad de sus peligros y tempestades, desafiando el destino, en este ir y venir del puerto al horizonte para volver al atardecer con la riqueza marina.


Amo a estos pescadores que enredan y desenredan sus redes, y que manejan su quilla con la misma destreza que el cuerpo de la amada, que espera las caricias en tierra.