viernes, 29 de noviembre de 2013

Memoria I

Venturoso fuiste en el tránsito por tormentas y tempestades, y que prudente cautivaste a las pasiones de esta agitada vida

Como una flor sin conciencia, más sutil que tu sombra, flotando en el espejo del pacífico mar, así fue tu vida, amante de la aflicción y de la alegría, como un frágil sueño, dulce y tierno


Te desperté esta madrugada con mi congoja, le sonreíste a mi pesadilla, e impalpable a mis manos, levitando, regresaste al eterno sueño que interrumpí con mi memoria

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