Con mucha intuición
sus delgados dedos
hurgaron en su intimidad,
haciendo que su cabeza
diera vueltas…
No perdió ocasión
de posar sus labios en su boca,
cuando entreabierta
intentaba respirar,
y en cada jadeo
se fue animando
a posar su masculina mano
delicadamente sobre su piel…
sus viriles caricias
profundas e imperceptibles
al excitado oído,
donde solo respondió
su débil corazón
con acelerados latidos
no sé cuantas veces lloró…
porque los sentidos
jugaban a la ronda
en su vientre,
con danzas y taconeos
que con alegría
daban dolor a su orgasmo
Cuantas veces sintió
a su sexo penetrarla
en lo más recóndito
de su delicado cuerpo…
tampoco ella lo recuerda
y en su fantástico sueño
cuando a una torre
la llevó
y en la cornisa
más alta la sostuvo
entre el abismo
y el compromiso…
le crecieron alas
por los besos
que él regaló
a su espalda
de las manos se tomaron
y volaron por el cielo,
pero este
con la más pura
de las envidias
se puso gris
y estrepitosamente tronó.
entonces hizo
que sus nubes
desprendieran lágrimas
mojando sus desnudos cuerpos
de alivianado sudor
que olían y sabían a miel
de la varonil caña
que atravesaba
al femenino vientre
para quedarse ahí…
No hay comentarios:
Publicar un comentario