jueves, 29 de marzo de 2012

Atardecer en la piel



Con mucha intuición
sus delgados dedos
hurgaron en su intimidad,
haciendo que su cabeza
diera vueltas…

No perdió ocasión
de posar sus labios en su boca,
cuando entreabierta
intentaba respirar,
y en cada jadeo
se fue animando
a posar su masculina mano
delicadamente sobre su  piel…

sus viriles caricias
profundas e imperceptibles
al excitado oído,
donde solo respondió
su débil corazón
con acelerados latidos

no sé cuantas veces lloró…
porque los sentidos
jugaban a la ronda
en su vientre,
con danzas y taconeos
que con alegría
daban dolor a su orgasmo

Cuantas veces sintió
a su sexo penetrarla
en lo más recóndito
de su delicado cuerpo…
tampoco ella lo recuerda

y en su fantástico sueño
cuando a una torre
la llevó
y en la cornisa
más alta la sostuvo
entre el abismo
y el compromiso…

le crecieron alas
por los besos
que él regaló
a su espalda

de las manos se tomaron
y volaron por el cielo,
pero este
con la más pura
de las envidias
se puso gris
y estrepitosamente tronó.

entonces hizo
que sus nubes
desprendieran lágrimas
mojando sus desnudos cuerpos
de alivianado sudor
que olían y sabían a miel
de la varonil caña
que atravesaba
al femenino vientre
para quedarse ahí…


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