Una intrusa pasea por lo que es tuyo.
Una intrusa en tu vida, en tus ideas, en tu creatividad…
Una intrusa en tu pasado, en tu presente, en tu futuro…
Una intrusa que mira tras el visillo de la solitaria ventana
y esconde su rostro. Solo asoma su
nariz y husmea vidas ajenas…
Una intrusa que
adivina tus pensamientos y desea hacerlos propios
Una intrusa que quiere adivinar cuantas veces al día
recuerdas su cuerpo y deseas sus besos en tu boca
Una intrusa que cuchichea sola su remordimiento de tenerte
metido en el sexo y en las venas.
Una intrusa que habla con ella misma.
Una intrusa que da las órdenes pertinentes para no ser la “intrusa
enamorá’’
Una intrusa que solo añora tus manos, tu boca, tu lengua y tus ojos.
Una intrusa a la que puedes llamar como quieras…
Entrometida… porque te desea a cada segundo…
Indiscreta… por andar dejando huellas de lágrimas que
sueltan sus ojos cada vez que te extraña…
Una intrusa a la que puedes llamar mil veces intrusa..
Una intrusa que ha entrado a tu corazón sin permiso…
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