Y sobre la mesa quedó la suerte echada
el desorden de sentimientos encontrados
y la tristeza en la desabrida taza de café.
el desorden de sentimientos encontrados
y la tristeza en la desabrida taza de café.
No añadieron azúcar suficiente
ni buscaron en el fondo
los pecados cometidos con egolatría.
Se perdieron en una avalancha de traiciones
y de excusas que más agravaron las faltas
entonces, olvidaron hurgar en la memoria
a los alborotados momentos de pasión.
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