Soy una poeta enamorada
escribo de rodillas
pidiendo misericordia
al furtivo admirador,
y así salgo a la calle
a buscar la palabra adecuada
que sosiegue mi corazón,
la promesa oportuna
que tendrá alas propias.
Y suplicó a la rima
que indulte mi discordancia,
que ruegue al lector
no castigar mi pobreza
del verso adecuado,
cuando mi estribillo
se esconda
en lo más profundo de su ser.