Si mis ramas delgadas son similares a un junco, mis
hojas escasas y pequeñas, no es casualidad que la naturaleza me haya creado así.
Ya los griegos sabían de mi fama textil y me empleaban para hacer ataduras.
En los jardines me destaco por mi forma y olor y deben
podarme a principios de primavera, y así mis flores de amarillo dorado brotarán
en hermosos verano, hasta que el otoño me avise su llegada. También soy usada en
paisajes y orillas de carreteras o caminos vecinales, siendo la admiración de
los transeúntes.
Mi fruto es como una legumbre plana y oscura, tengo
propiedades diuréticas, de mis flores se extrae colorante amarillo y de mis
fibras se fabrican canastos y escobas.
Contrapunto,
ResponderEliminarSoy la planta genista de los Plantagenet y algun monarca galo me tuvo como emblema. Allá ellos con sus cetros y coronas, a mi eso qué me importa.
Yo muero y vivo con mi hermano el junco y desde mi terruño seco y arenoso lloro con él cuando lo cortan y separan de su lecho pantanoso. Después cuando mi hermano ya es flauta, canto con él la canción que él me enseñó y confundidos los dos en ese ney eterno y melancólico, gozamos la intimidad del amor ... hasta el punto de la aniquilación.