Te pregunto:
¿No crees que llegarás tarde a la cita?
Y tú respondes:
No, no llegaré tarde, porque la cita es contigo.
El espejo ha observado un desfile de modas
y tú has vislumbrado
a la mujer que es tu modelo a diario…
Y como cada mañana me extravío
entre la tela y mi cuerpo
para asomar mi cabellera
por la seda o por la lana,
dejando a mi sonrisa coquetear
a tu desvergonzada mirada.
Tú, delante de la bandeja saboreas
y ubicas tus labios en el borde del tazón,
entonces el aroma a café
sabor que se dispersa por los muros,
y considera que debe aclarar,
que ha nacido un temprano día,
ya que los perezosos momentos todavía deliran
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