Silenciosamente el hierro resiste en el tiempo
y rechina dolorido cuando se hunde en la piedra
y no es sino más que en un intervalo de cuando fue
verano,
y es entonces que el perno regresa asustado y agrietado,
más allá del uso y desuso que le dieron muerte
los marinos temporales de un lluvioso invierno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario