En el abismo de la vida soltaste mi mano
y me dejaste caer a la profundidad del tiempo, que me enredó con lianas de
venganza y odio
Aún siento la calidez de tus caricias y
el roce de tu cuerpo caliente y atrevido…
No dejo de soñar que alguna vez podrás
apear tu silueta del vagón de los recuerdos…
Y volverás a pasear tu mirada por mi
cuerpo, como lo hiciste la primera vez que miraste mis hombros y posaste las
manos sobre mis pechos…
¿Donde habrás vaciado tu maleta…?
Era poco tu equipaje, acá quedó lo más
importante… tu risa, tus canciones, tus suspiros y tus ronquidos pegados a la
almohada…
Las paredes de nuestro cuarto me engañan
con tu sombra dibujada en ellas, y el perfume de tu cuerpo se ha adherido a mí
que ya es parte de mi aroma…
Y la puerta cruje, en las noches de
insomnio, esperando que tu llavero y el sonido de tus pasos sigilosos te
delaten…
Te olvidaste darme un beso para decir:
¡Hasta Pronto!
Y sacar tu pañuelo para secar mis
lágrimas, que ahora la culpa de tu No despedida, la cancelo Yo…
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