Me alegra que al cerrar mi puerta
sea el protagonista de mi fantasía.
Me cautiva que sea
el hombre de la medida perfecta
al ancho de mis caderas.
Ambiciono que sea el provocador
de los temblores de mi cuerpo.
Exhalo el perfume de la madera
de fino roble de la erección
que provoca mi pasión
y que mi boca sabe del deleite.
Me agrada que contemple
la ondulación de mi vientre.
Me complace que navegue
con alucinación de experto capitán
y vierta en mi cuerpo su lava volcánica.