domingo, 4 de agosto de 2013

Homenaje


Y le dieron las llaves de la ciudad… y se preguntó para que le servirían, el anciano más anciano le dijo:
Estas le abrirán las puertas de los mejores burdeles…
y así fue que creyó tener el amor asegurado…

Fue cuando puso la llave dorada en la primera puerta y no tropezó con la boca y el sabor que soñaba cada noche de insomnio en la soledad de su vacío cuarto, cuando se dijo no que no volvería a llorar por una mujer.

Y  las llaves, que utilidad les daría ahora, y dedujo que debía volver para buscar al anciano y su recomendación.

Todo había desaparecido, el escenario, el público y los homenajeados… del anciano, le dijeron los vecinos que no lo conocían.

¿Habrá sido un sueño? se preguntó apretando las llaves en su bolsillo…


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