martes, 29 de mayo de 2012

Manón


Con sus pasos
de musa francesa
y vedette de primera
quería ser Manón,
como la del tango.


Al porteño de ojos soñadores
le vendió ilusiones
sentimentales y coquetas.
Cedió al primer beso
y a la segunda caricia
alentó su pasión…
dijo si a cada seducción.

Al amanecer y al atardecer
se fue acurrucando
en el galanteo del río
y en la neblina
de las aceras.

Perdió su andar
al arrullo del bandoneón
y entre copas y bemoles
con el entusiasmo
de espejismos y fantasías,
sus ojos se cegaron.

De ilusiones se alimentó
de besos se llenó
a su espalda 
le nacieron flores
y de mentiras vivió;
esas que murmuró el señor.



...a París no volvió…





Foto tomada por la autora





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